La mente en ebullición: La emergencia climática está redefiniendo la política y la psicología

Mientras el reloj del clima sigue tic-taqueando, los pasillos del poder permanecen silenciosos y estáticos. La crisis climática no se limita a derretir glaciares y aumentar los incendios forestales; está invadiendo silenciosamente nuestras mentes y sociedades.

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Copano.News

🌎 La crisis climática ha encontrado un oponente formidable: la política. Diferencias de intereses, poderosos lobbies y una visión cortoplacista han engullido los esfuerzos para una acción climática significativa.


👥 Los gobiernos están atrapados en una danza delicada de intereses contrapuestos, y la Tierra, y todo lo que la habita, paga el precio. La brecha entre la inacción política y la turbulencia emocional se ensancha.


⚖️ Nos encontramos en un delicado acto de equilibrio, donde la influencia de poderosos lobbies se yuxtapone con la ansiedad colectiva. ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué impide que nuestro sistema político responda adecuadamente a la crisis climática?

Estas son algunas de las posibles razones:

  • La falta de consenso y liderazgo. La crisis climática es un problema global que requiere una acción colectiva y coordinada de todos los países. Sin embargo, existen diferencias e intereses entre las naciones que dificultan el acuerdo sobre los objetivos, los compromisos y los mecanismos de cooperación. Además, se necesita un liderazgo fuerte y visionario para impulsar la transición hacia una economía baja en carbono, pero muchos líderes políticos carecen de la voluntad, la capacidad o el apoyo para hacerlo.
  • La influencia de los grupos de presión. El cambio climático implica una transformación profunda del sistema energético, productivo y de consumo, lo que afecta a sectores económicos poderosos que se benefician del statu quo. Estos grupos ejercen una gran influencia sobre los políticos, ya sea mediante el financiamiento de sus campañas, el cabildeo o la propaganda, para evitar o retrasar las medidas que amenazan sus intereses.
  • La miopía y el cortoplacismo. El cambio climático es un problema a largo plazo, cuyos efectos se manifiestan gradualmente y con incertidumbre. Sin embargo, el sistema político está dominado por la lógica electoral, que privilegia las soluciones inmediatas y populares, en detrimento de las estrategias de futuro y preventivas. Además, muchos ciudadanos no perciben el cambio climático como una prioridad o una amenaza personal, lo que reduce la demanda y la presión social para actuar.
  • La complejidad y la incertidumbre. El cambio climático es un fenómeno complejo y multidimensional, que involucra aspectos científicos, técnicos, económicos, sociales, éticos y políticos. Esto dificulta la comprensión y la comunicación del problema, así como la evaluación y la implementación de las soluciones. Además, existe una incertidumbre sobre la magnitud y el ritmo del cambio climático, así como sobre sus consecuencias e implicaciones.

Psicología climática: Un espejo a nuestra alma colectiva


🧠 En este paisaje desolador de inacción política, surge la psicología climática. Rebecca Weston, de la Alianza de Psicología Climática, nos sumerge en un viaje hacia el núcleo de nuestras emociones y actitudes alimentadas por la emergencia climática. En este terreno fértil, brotan la ansiedad, la negación y el duelo, cada uno contando una narrativa única de nuestra lucha interna.


📋 Weston resalta tres aspectos centrales de la psicología climática. Primero, examina los impactos directos de los eventos climáticos extremos, como incendios, inundaciones y huracanes, en la salud mental de las personas afectadas. Estos eventos, y sus secuelas, como la falta de vivienda y seguridad, afectan desproporcionadamente a diferentes poblaciones, exacerbando las desigualdades existentes.


😖 En segundo lugar, la psicología climática busca entender cómo la ansiedad climática afecta a la vida diaria de las personas comunes. Weston destaca el desafío de conciliar la amenaza omnipresente de la crisis climática con la continuidad de la vida cotidiana, sugiriendo que las emociones como el miedo, la abrumación y la desaprobación juegan un papel crucial en la aparente apatía o inacción.


💣 El tercer aspecto se centra en los peligros de no abordar estos problemas psicológicos. Weston vincula el aumento del autoritarismo y el fascismo con la ansiedad y la inseguridad profundas generadas por la crisis climática. Según ella, sin una intervención psicológica adecuada, estos problemas pueden exacerbarse, conduciendo a la violencia y la exclusión.


✏️ La responsabilidad de los periodistas, según Weston, se extiende más allá de la simple documentación de la crisis. Insta a los medios a considerar el impacto emocional y psicológico de su informe en las audiencias, reconociendo que la forma en que se presentan las noticias puede influir en la capacidad de las personas para enfrentar y responder a la crisis climática.

Herramientas para navegar la tormenta


⚒️ La psicología climática no se queda en el diagnóstico; ofrece herramientas. Información, educación, comunicación, apoyo, resiliencia y creatividad se presentan como bastiones contra la desesperación. Weston ilustra un camino hacia la adaptación y la acción, una travesía de transformación personal y colectiva.


🤝 El desafío, entonces, es no solo reconocer y validar las emociones asociadas con la crisis climática, sino también movilizar estos sentimientos hacia acciones constructivas y colectivas.


👺 La crisis climática es una bestia multifacética, pero no invencible. La inacción política y la crisis psicológica pueden ser superadas por una sociedad informada, empoderada y movilizada. La acción colectiva, alimentada por la empatía, la comprensión y la urgencia, puede y debe forjar un nuevo capítulo en nuestra relación con el planeta.


No es el momento para la resignación sino para la revitalización, para tomar las riendas y guiar a nuestra sociedad y nuestro planeta hacia un futuro sostenible, saludable y justo.