El voto Rappi sacude Argentina

Analista sostiene que las necesidades desplazan enfoques: la asistencia estatal sale y el progreso basado en el esfuerzo personal se pone al centro.

Imagen
Danilo Alarcón

 🇦🇷 ¿Qué pasó? 🌄


En la encrucijada entre el influencer Santiago Maratea, el futbolista Kun Agüero y la empresa Rappi, se teje una batalla política entre Cristina Kirchner y Javier Milei que refleja la transformación cultural en Argentina después de 40 años de democracia y 20 años de kirchnerismo, según Luciana Vásquez de La Nación.


Este cambio cultural se manifiesta en la preferencia por soluciones individuales frente a la dependencia estatal. El enfoque se desplaza hacia el progreso basado en el esfuerzo personal en lugar de la asistencia estatal.


La nueva generación de trabajadores pobres prefiere la autonomía que brinda ganar su propio dinero que la dependencia del asistencialismo, para la autora.


La fuerza laboral cambia, con una creciente cantidad de emprendedores informales que valoran la autonomía y se resisten al sindicalismo clásico. Los

repartidores de Rappi son ejemplos de esta tendencia, prefiriendo el esfuerzo propio en lugar de exigir derechos. Así lo expresó Vásquez:


La bici es el punto de partida para una movilidad social al alcance de la mano. El “voto Rappi” es voto Milei por esa promesa: que la libertad conduce a un plan de vida de progresos módicos, pero progresos al fin.


También ilustra con un ejemplo. En 2021, el legislador porteño de izquierda, Gabriel Solano, hacía su discurso público en una plaza criticando a Milei en defensa de los trabajadores, cuando un repartidor que pasaba dio su grito de guerra: “La libertad avanza”, se escuchó, además de un insulto rabioso.


Solano respondió con lo suyo: “La libertada avanza pero vos repartís en bicicleta por dos mangos”. El líder de izquierda en confrontación con un trabajador último modelo, votante de Milei.

Los valores individuales


La batalla simbólica se refleja en los jugadores de la Selección Nacional, quienes se ven como emprendedores individuales en lugar de dependientes del Estado.


Esto contrasta con la visión del kirchnerismo, que ve cada éxito personal como un mérito del Estado. El Kun Agüero, por ejemplo, ha expresado su resistencia al enfoque kirchnerista.


Santiago Maratea también ejemplifica este cambio cultural al recaudar fondos para iniciativas como ayudar en incendios o cubrir deudas del Club Independiente. Esta actitud se enfrenta al formato kirchnerista que tiende a favorecer la iniciativa estatal.


Javier Milei logra conectar con una ciudadanía que rechaza el statu quo y apoya su visión de libertad, progreso individual y enfoque racional de la economía. Su condición de outsider le permite hacer promesas atractivas sin el peso de gestiones pasadas.


El crecimiento de Milei propone un panorama electoral innovador en Argentina para 2023. Su ascenso podría afectar tanto a Juntos por el Cambio como al kirchnerismo, dependiendo de su desempeño en las elecciones.


No obstante, el impacto de las encuestas y su relación con el apoyo real de la

población es un recordatorio de la incertidumbre en la política. El fenómeno Milei podría ser resultado de una minoría intensa o una combinación de factores mediáticos y temporales.


En definitiva, la transformación cultural en Argentina refleja una creciente preferencia por la autonomía y el esfuerzo personal, y Milei emerge como una figura que capitaliza esta tendencia en el panorama político. 🇦🇷🔄📊