"El conflicto no es abuso": un libro para discutir la cultura de la funa
Tenemos que ayudarnos unos a otros a iluminar y contrarrestar la sobredimensión del daño en lugar de usarlo para justificar la crueldad.
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Sarah Schulman es una reconocida novelista, dramaturga, guionista, ensayista, historiadora del sida, periodista y activista estadounidense. En su último libro, “El conflicto no es abuso”, aborda una de las problemáticas más relevantes de la actualidad: la tendencia a sobredimensionar el daño y a construir al otro como una amenaza, justificando así respuestas desproporcionadas y violentas.
¿Quién es Sarah Schulman? 🙋♀️
Sarah Schulman nació en Nueva York en 1958. Es autora de más de veinte libros, entre novelas, obras de teatro, ensayos y guiones. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su obra literaria y su labor social. Es profesora distinguida de Humanidades en el College of Staten Island, y miembro del Instituto de Humanidades de Nueva York. Es también cofundadora del grupo activista ACT UP, que lucha contra el sida y la homofobia, y del colectivo MIX NYC, que organiza un festival anual de cine experimental queer. Su trabajo se caracteriza por una mirada crítica y comprometida con las causas de las minorías y las disidencias sexuales.
¿Qué es el conflicto y qué es el abuso? 🤷♂️
Según Schulman, el conflicto es una situación en la que dos o más partes tienen intereses o necesidades diferentes, que pueden ser compatibles o no. El abuso, en cambio, es una situación en la que una parte ejerce un poder desigual sobre otra, causándole un daño intencional y sistemático.
Schulman sostiene que muchas veces se confunde el conflicto con el abuso, y se reacciona ante el primero como si fuera el segundo. Esto implica negar la responsabilidad propia en la generación del problema, y atribuir toda la culpa al otro, al que se percibe como un enemigo. Así, se evita el diálogo y la negociación, y se opta por la represión y la eliminación.
¿Qué ejemplos da Schulman de esta confusión? 🧐
Schulman analiza casos que van desde lo interpersonal hasta lo geopolítico, pasando por lo intercomunitario. Por ejemplo:
- El asesinato de dos hombres negros desarmados por parte de dos policías blancos en Estados Unidos, que alegaron haber actuado en defensa propia ante una supuesta amenaza.
- La golpiza casi letal de un jugador profesional de fútbol americano a su esposa, que argumentó haber sido provocado por ella.
- La desmedida respuesta del gobierno israelí ante las protestas palestinas por la ocupación del territorio, que se basó en la idea de que Israel es una víctima del terrorismo.
En todos estos casos, Schulman muestra cómo los victimarios se disfrazan de víctimas para avalar sus acciones violentas, y cómo los medios de comunicación y la opinión pública refuerzan esta narrativa.
¿Qué propone Schulman para salir de esta dinámica? 💡
Schulman propone una serie de principios y prácticas para diferenciar el conflicto del abuso, y para resolver el primero sin recurrir al segundo. Algunos de ellos son:
- Reconocer la diferencia entre sentirse herido y estar en peligro. 😢
- Asumir la responsabilidad propia en la creación del conflicto. 😇
- Escuchar al otro con respeto y empatía. 👂
- Buscar puntos en común y soluciones creativas. 🙌
- Apelar a la mediación y al apoyo mutuo en caso de necesidad. 🙏
- Denunciar el abuso real cuando se produce. 🚨
Schulman invita a los lectores a reflexionar sobre sus propias experiencias de conflicto y abuso, y a cuestionar las formas dominantes de entender y resolver los problemas. Su libro es una contribución al pensamiento antipunitivista, al activismo anticarcelario, al feminismo y a las disidencias sexuales.